El Constitucionalismo Social: de México para el Mundo
Contexto Histórico e Ideológico de Nuestra Carta Magna
WENDY GEORGINA PÉREZ RODRÍGUEZ1
SUMARIO: I. Orígenes del constitucionalismo mexicano.
II. Contexto histórico de la Constitución Mexicana de 1917.
III. Contexto ideológico de la Constitución de 1917.
IV. Conclusiones.
Resumen. Estudiar el contexto histórico e ideológico por el que se adentró nuestro México en términos constitucionales, es volver al pasado y caminar por la historia para analizarla con una visión crítica que nos permita entender la integración del México de hoy, con todo el conjunto de instituciones que le dan forma y que son el resultado de una lucha continua que culminó precisamente con la promulgación de esa Constitución con tintes sociales y liberales, que desde entonces le ha dado a México un perfil propio. El socioliberalismo que nuestro país implantó en la Constitución de 1917, concilió derechos individuales y derechos sociales de una forma armónica, es decir, se creó una Ley Fundamental que por primera vez garantiza los derechos individuales pero sin menoscabar el aspecto social. En el contexto histórico-constitucional de nuestro país, podemos hablar concretamente de tres etapas fundamentales: La Independencia de México, las Leyes de Reforma y el Movimiento Revolucionario de 1910; a dichas etapas corresponden las tres leyes que condicionan políticamente nuestra historia constitucional: la Constitución de 1824, la de 1857 y la Constitución Política de 1917. Todas estas etapas, encadenadas entre sí, aunque no se refleje textualmente, constituyen el devenir histórico constitucional mexicano. Pero para efectos de lo que es menester del presente ensayo, nos dedicaremos al estudio de los acontecimientos históricos que culminaron en nuestra Carta Magna de 1917 así como las corrientes ideológicas que se fortalecieron durante dicha etapa histórica y que juntos dieron vida a la primera constitución socio-liberal de la historia. Para un estudio correcto del contexto histórico en el cual se gestó la Constitución de 1917, no podemos centrarnos únicamente en el movimiento revolucionario que la motivó, sino que es necesario además, analizar la dictadura que la originó, los planes y programas más importantes que se vieron reflejados en la Carta Magna así como los caudillos y líderes que destacaron durante esta etapa y que de una forma y otra participaron con su acción en la Revolución.
Palabras clave: Constitución de 1917, Derecho Social, Socioliberalismo.
Abstract. Studying the historical and ideological context by which delved our Mexico in constitutional terms, it is go back and walk through the history of our country to analyze with a critical vision that allows us to understand the integration of Mexico today, with the whole institutions that shape and are the result of a continuous struggle that culminated precisely with the enactment of the Constitution with social dyes and liberal, which has since given Mexico its own profile. The social liberalism that our country introduced in the 1917 Constitution, reconcile individual rights and social rights, in a harmonious way, that is, a fundamental law for the first time guarantees individual rights but without undermining the social aspect was created. In the historical and constitutional context of our country, we can see specifically of three basic stages: The Independence of Mexico, the Reform Laws and the Revolutionary Movement of 1910; these stages correspond to the three constitutional laws politically influence our constitutional history: the 1824, the 1857 constitutions and the Constitution of 1917. All these steps, chained together, although not textually reflect, constitute the historical evolution of the Mexican constitutional law. But for the purposes of this essay, we will study the historical events that culminated in our Constitution of 1917 as well as the ideological currents that were strengthened during this historical period and together gave life to the first constitution socio -liberal history. For proper study of the historical context in which the 1917 Constitution was conceived we cannot focus solely on the revolutionary movement that motivated, but it is also necessary to analyze the dictatorship that originated the most important plans and programs they were reflected in the Constitution and the warlords and leaders who stood out during this stage and that in one way and another part with its action in the Revolution.
Keywords: Constitution of 1917, Social Law, Social Liberalism.
I ] Orígenes del constitucionalismo mexicano
Remontándonos en la historia, llegamos al punto en el cual puede decirse que se inicia la configuración de la nación mexicana como estado libre y soberano, y ese punto se encuentra en el momento en que comienza a gestarse el movimiento de independencia nacional. Las raíces ideológicas de la independencia de México, la decisión fundamental de iniciar el constitucionalismo mexicano, se hallan en las ideas que llevaron al pueblo a la lucha emancipadora. Esa ideología independentista se vio perfectamente reflejada en el pensamiento de Fray Melchor de Talamantes, quien llegó a proponer un vasto plan de Independencia para la Nueva España; dicho plan proponía:
La creación de un Congreso Nacional que descubriese las disposiciones y resoluciones de todo reino, organizase a éste, le diese la consistencia, firmeza y prosperidad que le faltaban y que ejerciera a nombre de todas las ciudades integrantes del reino el Poder legislativo, puesto que dicho Poder es un poder que existe y radica siempre en la Nación…..Este poder legislativo nos falta en el presente, cuando no es más necesario. Y ¿dónde encontrarlo? ¿cuál será pues nuestro recurso, tratando de organizar el reino, volverle su esplendor y consultar a su seguridad? No hay otro que la voz nacional: esa voz que todos los políticos antiguos y modernos miran como el fundamento y origen de las sociedades.2
Llegaba de esta forma Talamantes, a conclusiones que llevarían a la justificación de la Independencia de México: Es pues la representación nacional, el derecho que goza una sociedad para que se le mire como separada, libre e independiente de cualquier otra nación; es la facultad de organizarse a sí misma, de reglar y cimentar la administración pública….de reponer las leyes que faltasen, enmendar las defectuosas, anular las perjudiciales y expedir otras nuevas.3
Con estas ideas sobre delegación del poder, que parecen desprenderse del pensamiento de Rousseau, se perfila el fundamento filosófico necesario para que la sociedad de la Nueva España comenzara a cimentar el movimiento independentista y con ello se comenzaran a tejer las bases ideológicas que darían vida al inicio del constitucionalismo mexicano.
II ] Contexto histórico de la Constitución Mexicana de 1917
1. La Revolución de Tuxtepec y el Plan Antirreeleccionista de Porfirio Díaz en Palo Blanco: Marzo 21 de 1875.4
A la muerte del benemérito Benito Juárez, le sucede por ministerio de ley, Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien continúa con los lineamientos de la política de Juárez. Al término de su ejercicio como presidente sustituto el 30 de noviembre de 1872, es electo para el siguiente periodo que no logra concluir dado su intento de reelegirse, y a sólo un mes del término de su mandato aparece el que fuera un pundonoroso militar, héroe del 2 de abril, vencedor de los franceses y hombre de gran prestigio, Porfirio Díaz, quien apoya la Revolución de Tuxtepec del General Fidencio Hernández, levantado en enero de 1875 contra el Ejecutivo representado por Lerdo de Tejada y a favor de Porfirio Díaz, proclamando el 21 de marzo el Plan de Palo Blanco, en cuyo punto 2º pronuncia como postulado supremo la No Reelección del Presidente, exigiendo se elevara a rango constitucional mediante la reforma respectiva.
Al estallar la Revolución de Tuxtepec, no pudo ser sofocada de inmediato y la revuelta se generalizó. El ejército federal conformado en La Reforma vence en el norte y se dirige a Puebla, Veracruz y Oaxaca, en tanto el Presidente de la Suprema Corte, José María Iglesias, desconoce la elección presidencial a favor de Lerdo de Tejada, con objeto de apagar la sublevación de los No Reeleccionistas, y dar nueva vida al Estado; ante lo cual huye Lerdo hacia el extranjero, asumiendo el poder José María Iglesias como Presidente sustituto por ministerio de ley, en su calidad de Presidente de la Suprema Corte de Justicia, el 31 de Octubre.5
En noviembre de 1876 Porfirio Díaz entró triunfante en la Ciudad de México y se declara jefe del Ejército Constitucionalista, asumiendo el Poder Ejecutivo que pone bajo mando militar, y lo ocupa hasta el 5 de diciembre. Durante este corto periodo Díaz envía al Congreso la iniciativa para elevar a rango Constitucional el principio de la No Reelección. Díaz, tras la celebración de los comicios constitucionales es electo Presidente de la República para el periodo del 5 de mayo del mismo al 30 de noviembre de 1880.
El 5 de mayo de 1878, a un año de su ascensión al primer periodo de ejercicio mediante elecciones constitucionales, Díaz reforma por primera vez el artículo 78 constitucional, a fin de no poder ser reelecto el Presidente de la República para el periodo siguiente, ni ocupar la presidencia por ningún motivo, sino hasta pasados cuatro años de haber dejado el ejercicio de sus funciones. Bajo dicha reforma, en el periodo presidencial de 1880 a 1884, Porfirio Díaz ejerce el poder detrás del trono, al haber sido designado Secretario de Fomento, despacho que ocupa durante dicho cuatrienio salvo la etapa al hacerse cargo de la gubernatura de Oaxaca, a cuyo término regresa a la propia secretaria.
Pasados los cuatro años exigidos, presenta su candidatura, y a su triunfo electoral es ungido Presidente de la República para el periodo del 1 de Diciembre de 1884 al 30 de Noviembre de 1888, poder que por seis subsecuentes reelecciones ejerce hasta ser depuesto en 1911 por la Revolución maderista de 1910.6
2. Régimen Dictatorial de Porfirio Díaz
Al asumir Porfirio Díaz la Presidencia de la República por primera ocasión mediante elección constitucional, dado el prestigio adquirido como militar, el pueblo lo acogió con gran aplauso, a lo cual se aunó su criterio establecido en el Plan de Palo Blanco sobre la No Reelección. Por tanto, al reelegirse Díaz de inmediato encontró la resistencia popular ante la incongruencia de Palo Blanco y la determinación de Díaz, quien ya empezaba a manifestar sus fines al no cumplir cabalmente los mandatos de la Constitución en vigor (1857), así como las Leyes de Reforma elevadas a rango constitucional, principalmente en sus relaciones con el clero al permitirle volver por sus antiguos fueros7.
Muy pronto Díaz da muestras de su política oligarca, al otorgar a quienes estaban entorno a él, extensas tierras de cultivo por medio del despojo y el manejo a su gusto de la Ley de Baldíos, en beneficio de pocos y en contra de las mayorías, así como otras prestaciones concedidas al grupo llamado científicos y cada vez más al clero en el cual se apoya a fin de evitar críticas y obtener una sumisión del explotado pueblo mediante el púlpito y el confesionario. El descontento pronto empezó a manifestarse, y Díaz se volvió contra el pueblo sometiéndolo por la fuerza de las armas, situación generalizada en toda la República, porque los gobernadores eran impuestos por Díaz y todos acataban sus órdenes, unos por temor, otros por la obtención de privilegios. A cada reelección, más oprobio del dictador, más sometimiento por la fuerza y más lustre para la oligarquía creada, formándose así dos clases, la de los privilegiados que absorbían tierras, industria y comercio, y la otra clase, la de los miserables campesinos y obreros reducidos a una semiesclavitud; y lejos de mejorar con el tiempo, la situación se hacía cada vez más conflictiva.8
El general Díaz gobernaba rodeado de un grupo de distinguidos amigos y de otros cercanos; con el paso del tiempo, se agudizaron las desigualdades económicas y sociales y la inconformidad contra el gobierno de Díaz iba creciendo; además, el presidente al tiempo que envejecía, también se debilitaba en su forma de gobernar.
Poco a poco, en el entonces nuevo siglo, las inconformidades eran más notorias, sobre todo contra la falta de democracia y las severas injusticias sociales. Durante los últimos años del régimen fueron muy recurrentes los artículos de prensa contra el gobierno, principalmente del periódico llamado Regeneración de los hermanos Flores Magón, cuyos líderes, así como otros líderes políticos, fueron reprimidos, exilados o asesinados.9
3. El Movimiento Liberal
Al inicio de la tercera reelección continua de Díaz en 1892, surgieron los primeros brotes antirreeleccionistas provocados por el grave malestar existente en la población, principalmente entre los grupos de jóvenes y obreros liberales, quienes se reunieron en el jardín de San Fernando desde las siete de la mañana del 15 de mayo de 1892, para protestar contra el dictador portando estandartes de los diferentes grupos antirreeleccionistas que cada día se multiplicaban. Dicha manifestación marchó hacia el centro de la ciudad y durante la marcha se unieron a ellos personas de distintos sectores, edades y todos proclamando a favor de la No Reelección y al cumplimiento de la Constitución. Hubo muchos discursos en contra de la reelección y la marcha continuó hasta llegar a la Catedral, en donde se les cerraron las puertas impidiéndoles la entrada pues pretendían tocar las campanas de la misma para llamar la atención de toda la población.10
4. El Partido Liberal
Generalizado el descontento por los excesos de la dictadura de Díaz, con la consecuente marginación de los obreros y campesinos, surge una verdadera oposición política exigiendo respeto y cumplimiento de la tan difícilmente lograda y precariamente sostenida Constitución de 1857, y en agosto de 1900, Camilo Arriaga invita a los liberales a la celebración de un Congreso en la ciudad de San Luis Potosí el 5 de febrero del siguiente año, precisamente en la conmemoración de la Constitución pisoteada por Díaz y sus seguidores.11
En dicho Congreso se hace manifiesta expresión del abuso del clero al que se considera necesario combatir, al mismo tiempo se hace alusión a la defensa de la libertad de prensa mancillada por la dictadura, así como la restitución de la libertad municipal suprimida por el déspota, surgiendo en el seno de dicho Congreso las fuertes voces de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, Diódoro Batalla y Antonio Díaz Soto y Gama, quienes se organizan en torno de un verdadero movimiento liberal, formándose en 1903 el primer cuerpo antirreeleccionista para combatir directamente al Presidente Díaz, empero éste hace funcionar de inmediato su maquinaria represiva y tres años después el grupo casi desaparece al colmarse los caminos del destierro y la cárcel, mientras algunos otros temerosos por las amenazas sufridas emigran, y varios más que se resisten son muertos con violencia, pero todos, no obstante la reclusión o desde el extranjero continúan la lucha, y el 1o. de Julio de 1906 formulan desde el destierro en San Luis Missouri, el Programa del Partido Liberal Mexicano, de profundo contenido social elaborado por Manuel M. Diéguez y Esteban Baca Calderón.12
Como su nombre lo indica, este trascendental documento ya no es para enjuiciar al gobierno porfirista, sino una verdadera plataforma de reivindicaciones, que no solamente formulara el contenido social de la lucha armada que habría de iniciarse cuatro años después, e inspirara los principios fundamentales de la Constitución de 1917, sino que estaría destinado a constituir nada menos que la bandera ideológica de la Revolución Mexicana.13
La gran mayoría de los puntos asentados en este Programa del Partido Liberal Mexicano fueron recogidos y consignados en el proyecto de Constitución de Venustiano Carranza, en tanto que el Constituyente de Querétaro los recogió todos y cada uno de ellos, específicamente en las garantías sociales; lo referente al mejoramiento y fomento de la instrucción, al dictaminar el artículo 3º; el de los extranjeros en el artículo 27; las restricciones a los abusos del clero en el 130; el del capital y trabajo en el 123; el de las tierras en el 27; podría decirse que este programa fue solamente una fuente e inspiración para el Constituyente, sino su propia estructura y el origen de las garantías sociales.14
5. Las huelgas de Cananea y Río Blanco
a.- Huelga de Cananea.-15 Sería difícil entender el movimiento obrero mexicano, la propia Revolución y por ende la Constitución a que dio origen y consecuentemente a los más apasionados debates del Constituyente y el resultado final, la inclusión del artículo 123 en la Constitución de 1917, de no haber ocurrido los dos más graves sucesos de despotismo de los patrones contra los obreros durante la dictadura de Díaz, uno en la industria minera de Cananea de la que se habían adueñado los estadounidenses coludidos con el dictador, y el segundo en la industria textil, también en gran medida de capitalistas extranjeros.
En el estado de Sonora por concesión del gobierno porfirista se había constituido una muy sólida empresa industrial, la Cananea Consolidated Copper Co., para explotar el mayor y más rico fundo minero de cobre del país, que empleaba a 5,300 obreros mexicanos y 2,200 estadounidenses, causando siempre las más profundas inconformidades de los mexicanos en tanto a trabajo igual el salario de los extranjeros era excesivamente elevado y, por demás, recibían diversas prestaciones, protección en el trabajo, descanso semanario, horarios preferentes y ostensibles diferencias de unos trabajadores a otros, sobre la base de la nacionalidad, en detrimento de los mexicanos, no obstante tratarse de un producto mexicano, sustraído de minas nacionales existentes en el país, de elevada cotización en los mercados internacionales cuyas grandes utilidades eran de beneficio único de la compañía extranjera.
El descontento crecía sin que los directivos de la empresa hicieran el menor caso, lo cual obligó a los trabajadores quejosos a agruparse formando una organización para la defensa obrera denominada Unión Liberal Humanidad. A fines de mayo de 1906, se incrementó la agitación y descontento obrero y el 1º de junio estalla la huelga en la mina Oversight mediante una manifestación de miles de obreros y sus familias. Los obreros huelguistas nombraron una comisión de obreros, entre los que se encontraba Esteban Baca Calderón, quien posteriormente fue elegido diputado Constituyente y uno de los grandes defensores de los derechos obreros exigiendo se elevaran a rango constitucional. El conflicto crece hasta alcanzar tintes violentos y el gobernador de Sonora permite la entrada a los Rangers americanos, exacerbando a su llegada a los huelguistas al verse atacados en su propio país por fuerzas extranjeras al mando del gobernador mexicano. El 5 de junio son aprehendidos los líderes del movimiento, Manuel M. Diéguez, Francisco Ibarra, Esteban Baca Calderón y otros más para ser enviados a la cárcel de San Juan de Ulúa, siendo un magro logro de los obreros huelguistas el retiro de 3 mayordomos americanos, al elevado costo de 23 muertos y 22 heridos, todos ellos por cuenta del ejército mexicano y de las fuerzas estadounidenses a quienes se permitió pasar la frontera para asesinar a obreros mexicanos.
b.- Huelga de Río Blanco.-16 Durante la Dictadura Porfirista se prohibió a los trabajadores que formaran organizaciones o iniciaran cualquier manifestación para defender sus derechos laborales, castigándose con multas e inclusive prisión a quienes desobedecieran. Pese a esta situación y a lo ocurrido en Cananea, 6 meses después, otra importante huelga estalló. En enero de 1907, en la región de Orizaba, en el Estado de Veracruz, trabajadores de las fábricas textiles de Río Blanco, se declararon en huelga por las malas condiciones de trabajo a que eran sometidos; en busca de una solución los obreros nombraron como árbitro de la problemática al Presidente Porfirio Díaz, quién favorece a los empresarios y ordena la reanudación de labores en las fábricas el 7 de enero de 1907, no sólo sin satisfacer las demandas de los trabajadores sino además con nuevas condiciones que atentaban contra la libertad y derechos de los inconformes. Al no obtener una respuesta favorable, los obreros de Río Blanco no aceptaron la resolución del Presidente de la República, el conflicto creció y los trabajadores decidieron continuar la huelga.
El día 7 de enero en Río Blanco cerca de dos mil trabajadores operarios agrupados en el Círculo de Obreros Libres se amotinaron frente a la fábrica, lanzado piedras e intentando quemarla, pero la policía montada lo impidió, entonces saquearon y quemaron la tienda de raya propiedad de Víctor Garcín, un empleado de la tienda de raya dio muerte a uno de los trabajadores huelguistas. La reacción de los obreros fue atacar con piedras y amotinados incendiaron la tienda de raya, dando muerte a los dependientes. Por órdenes de Porfirio Díaz, el ejército al mando del general Rosalino Martínez disparó contra los trabajadores que huyeron a Nogales y a Santa Rosa. De regreso a Río Blanco los trabajadores amotinados fueron interceptados por más fuerzas federales que dispararon también contra mujeres y niños. El 9 de febrero sólo se presentaron a trabajar 5,512 de los 7,083 trabajadores de esa zona, la diferencia es de 1,571 trabajadores faltantes, de los cuales unos habían sido muertos, otros heridos o desplazados. Cerca de 223 trabajadores varones y 12 mujeres más fueron encarcelados. Una vez sofocada la huelga por las balas asesinas fueron fusilados los dirigentes del movimiento. A pesar de estos episodios trágicos, las movilizaciones por parte de los trabajadores continuaron presentándose; la defensa y la lucha por sus derechos laborales no dejó de darse por mucho tiempo en diferentes regiones del país. Estos dos acontecimientos inspiraron los movimientos que culminaron con el inicio de la Revolución Mexicana en 1910.17
6. Las Declaraciones del Presidente Díaz al periodista norteamericano Creelman
Con objeto de acallar las voces tanto en el país como en el concierto de las naciones, que ya comenzaban a criticar a Díaz por su larga y despótica permanencia en el poder, éste invita al periodista James Creelman, del Pearsons´ Magazine of New York, el 17 de febrero de 1908 a una entrevista que le concede en el Castillo de Chapultepec, residencia oficial del dictador, a fin de darle a conocer su decisión respecto a las elecciones que habrían de celebrarse en 1910.
Con descaro inaudito Díaz expresa al periodista: Hemos adoptado en la administración de los negocios nacionales una política patriarcal, guiando y sosteniendo las tendencias populares, en el convencimiento de que bajo una paz forzosa, la educación, la industria y el comercio desarrollarían elementos de estabilidad y unión en un pueblo naturalmente inteligente, sumiso y benévolo.18
Cuando Díaz habla sobre educación, calla la gravedad de la verdadera situación del país donde había un analfabetismo de 80%, y en cuanto a la industria y comercio calla asimismo que ambas ramas de la economía nacional se encuentran en manos del capital extranjero y de sólo unos cuantos oligarcas beneficiados con su política impopular, y al referirse al pueblo sumiso, también calla que estaba sumiso por la fuerza de las armas del ejército, y que los campesinos vivían en una situación de semiesclavitud, y con cinismo sin igual se refiere a una paz forzosa sin expresar que la misma se da por la fuerza del ejército que evita cualquier manifestación contra el gobernante.
Continuó Díaz con sus declaraciones a Creelman, y expresa: He esperado con paciencia el día en que la República de México esté preparada para escoger y cambiar sus gobernantes en cada periodo, sin peligro de guerras, ni daño al crédito y al progreso nacionales. Creo que este día ha llegado.19
Bajo el mismo tema manifiesta Díaz a Creelman: Es cierto que no hay partidos de oposición. Tengo tantos amigos en la República, que mis enemigos no se muestran deseosos de identificarse con la minoría. Tengo la más firme resolución de separarme del poder al expirar mi periodo, cuando cumpla ochenta años de edad, sin tener en cuenta lo que mis amigos y sostenedores opinen, y no volveré a ejercer la Presidencia.20
El Presidente Díaz se había convertido en un experto mentiroso que y había perdido toda honestidad, porque ya para entonces había decidido presentar su candidatura para una nueva reelección por otros seis años, de conformidad a la reforma constitucional realizada en mayo de 1904 a fin de establecer el periodo constitucional de seis años, como el que se encontraba ejerciendo21.
7. El Maderismo
Madero nace en el seno de una familia muy acaudalada de agricultores del estado de Coahuila. Estudia en los Estados Unidos y Francia. Viaja por Europa, lo que le permite tener una visión universal, a la vez de una gran cultura. Desde 1904 sus inquietudes le llevan a participar en la política de su estado y preside el Club Democrático para la gubernatura, escribiendo artículos en El Demócrata, sobre temas políticos con ideas sociales, la libertad del voto y los Derechos Humanos, destacándose por su oratoria popular. Lucha al lado del Partido Antirreeleccionista y al ser lanzado como candidato a la presidencia para la elección de 1910, realiza una campaña por toda la República secundado por numerosos partidarios.22
Desde que inició su vida política, Don Francisco I. Madero habrá de evidenciar una profunda preocupación por hacer de la democracia el sostén de la vida política de México, es por estos ideales democráticos que le alentaban, que decide intervenir en política. Es también es esta época que escribe y publica su libro La sucesión presidencial de 1910, y que vino a ser el golpe mortal que habría de ser propinado a la dictadura. Este libro habría de ser el que lanzara a Madero a invitar a la formación de partidos políticos de oposición, conforme a los principios democráticos más puros.23
Por su parte las mentiras de Díaz continúan, y acepta la candidatura a la presidencia no obstante sus declaraciones de abandonar el poder, y como respuesta a la Convención de los antirreeleccionistas manda apresar a Madero y Roque Estrada, otro destacado miembro del recién creado partido, quienes desde la mazmorra fraguan la rebelión, se fugan y huyen a San Antonio Texas donde formulan el Plan de San Luis.
La mayor aportación de Madero fue el haber puesto en marcha el movimiento revolucionario destinado a transformar la fisonomía que había presentado el país hasta ese entonces. Madero había logrado lo que hasta entonces se creía imposible, despertar el unánime sentimiento revolucionario del pueblo mexicano y provocar el estallido de lo que ya se encontraba latente en todas las conciencias particulares, dando así lugar a la rapidísima generalización de un movimiento al que bastaron menos de 6 meses para derrumbar al sólido régimen de gobierno que logró mantenerse durante un tercio de siglo.24
a.- El Plan de San Luis.
El Plan de San Luis se plasma en un documento, que representa y motiva el inicio del movimiento revolucionario de 1910. Dicho Plan, del 5 de octubre de 1910, proclama la nulidad de las elecciones acabadas de realizar y el corolario desconocimiento del gobierno, haciendo un llamamiento a las armas, y sentando las bases para la Reforma Agraria, denunciando los crímenes de la dictadura contra el campo mexicano y sus campesinos.25
Dicho Plan constaba de 11 puntos principales y cuatro transitorios, en los que se declaran nulas las elecciones y se desconoce la autoridad del Presidente Díaz y demás funcionarios. Se cita a las armas a todo el pueblo de México y Madero se autoriza a sí mismo para asumir la presidencia provisional y convocar a elecciones.26
Tal como lo disponía el Plan de San Luis, el 18 de noviembre se inicia la Revolución en Puebla, con el levantamiento de la familia Serdán contra la autoridad gubernamental, misma que es masacrada por órdenes del dictador, cayendo así las primeras cabezas del movimiento reivindicador en las figuras de los hermanos Aquiles y Carmen Serdán, al propio tiempo que se suceden hechos similares en una veintena de poblaciones de la República.
Poco a poco el movimiento cobra fuerza y para el mes de mayo la República arde en llamas revolucionarias. Pascual Orozco y Francisco Villa se levantan en el norte, Zapata y Lucio Blanco en el sur. Madero cruza la frontera y entra a Ciudad Juárez que se convierte en el principio del fin de la dictadura. José Yves Limantour, aconseja a Díaz y precipita la renuncia del dictador, hecho que concluye con los Tratados de Ciudad Juárez.
Tal como se había estipulado en el Plan de San Luis y en los Tratados de Ciudad Juárez, al ocupar la presidencia interina Francisco León de la Barra, convoca a elecciones y la fórmula Madero-Pino Suárez triunfa arrolladoramente asumiendo su mandato el 6 de noviembre de 1911, con el ejercicio de un gobierno de poca solidez.
b.- La Decena Trágica
Madero habría de ser una víctima de la bondad de su espíritu y de la nobleza de sus ideales, así como de una serie de conspiraciones que habrían de desembocar en los trágicos sucesos de febrero de 1913.
Félix Díaz, sobrino de Don Porfirio, Bernardo Reyes, Manuel Mondragón y el traidor más grande de todos, Victoriano Huerta fueron quienes dieron rienda suelta a sus mezquinas y ruinas ambiciones y se encargaron de aniquilar, a poco tiempo de iniciada, la etapa de la Revolución que fue el maderismo.
Engañado el Presidente Madero, por la figura más vil y denigrante de nuestra historia, Victoriano Huerta; en quien el presidente había depositado una confianza ilimitada al haber puesto en sus manos, la defensa militar de la ciudad de México y el resguardo de su vida27, el presidente Madero habría de compartir con el vicepresidente Pino Suárez el sabor del martirio. El 9 de febrero de 1913 ocurre el famoso cuartelazo, cuando Huerta entra en complicidad con sus compinches sublevados y hace prisioneros al Presidente y al vicepresidente de la República; en forma por demás violenta les arranca sus renuncias a los cargos que desempeñaban por voluntad popular y en complicidad con Félix Díaz y con el embajador de los Estados Unidos en México, Henry Lane, usurpa el poder que siempre le fue negado por el pueblo. La intervención del embajador habría de ser a tal grado determinante de los ominosos acontecimientos que acabarían con las vidas del jefe del Ejecutivo y del vicepresidente de la República, que el propio documento gestatorio del golpe de Estado es común y generalmente conocido como Pacto de la Embajada, por haber sido confeccionado en la propia embajada de los Estados Unidos en México.28
Victoriano Huerta asume el mando militar y civil y emite un manifiesto explicando su conducta, al propio tiempo que gira una comunicación al cuerpo diplomático, a los gobernadores y a las Cámaras de Diputados y Senadores. Al tener conocimiento de la renuncia del presidente y vicepresidente, la Cámara de Diputados por medio de la comisión respectiva expide el dictamen correspondiente y en virtud de las renuncias anteriores y por ministerio de ley se llama a Pedro Lascurain, en su calidad de Secretario de Gobernación, para que prestase la protesta de ley como presidente interino, lo cual se llevó a efecto la misma noche del 19 de febrero, expidiéndose al efecto el decreto respectivo. Al término de la reunión se convocó de inmediato a sesión extraordinaria del Congreso General, en la cual el presidente Lascurain designa al General de división Victoriano Huerta, como Secretario de Estado y del Despacho de Gobernación, quien rindió la protesta de ley, y acto seguido renuncia al cargo de Presidente Interino. El Congreso acepta la renuncia y hace un llamado a Victoriano Huerta para que rinda la protesta de ley como Presidente Interino, por ministerio de ley en su calidad de Secretario de Gobernación, y es así, como Huerta asume la Presidencia, si bien jurídicamente válida, no así por el procedimiento seguido de asesinar al presidente y vicepresidente de la República.29
8.- El Plan de Ayala y Emiliano Zapata.
El Plan de Ayala constituye el antecedente que ha de dar vida al artículo 27 de la Constitución de 1917, y es básicamente un Plan nacido de la mente del más prestigiado de los hombres de la Revolución Mexicana, el caudillo del Sur Emiliano Zapata, quien es el alma de la Reforma Agraria, el símbolo del agrarismo. Emiliano Zapata destaca por ser un ferviente defensor de las tierras que pertenecen al pueblo; aunque carente de instrucción, el 12 de noviembre de 1901 se une a la Junta por la Defensa de la Tierra donde es electo presidente de la misma, y estudia profusamente los derechos de propiedad de las tierras de su pueblo. En 1911, siempre bajo su mismo ideal agrarista se une a la Revolución ante las afirmaciones del Plan de San Luis de Madero, con las que coincide plenamente. Pero al no continuar Madero con el contenido agrario de San Luis, Zapata se pronuncia contra él, acusándolo de violar la soberanía de los estados, de haber burlado la Constitución y las leyes y con ello haber conducido al país a la anarquía. En virtud de lo anterior, el 28 de noviembre de 1911, una Junta Revolucionario presidida por el mismo Zapata, expide el Plan de Ayala y en la Convención de Aguascalientes envía sus representantes. En el Plan sostiene la necesidad de derrocar a Madero.
El más importante de sus artículos por su verdadero contenido agrario es el 6º que proclama:
Que los terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o caciques a la sombra de la tiranía y de la justicia venal, entrarán en posesión de estos bienes inmuebles desde luego, los pueblos o ciudadanos que tengan sus títulos correspondientes de esas propiedades de las cuales han sido despojados, por la mala fe de nuestros opresores, manteniendo en trance, con las armas en la mano, la mencionada posesión y los usurpadores que se consideren con derecho a ellos, lo deducirán ante los tribunales especiales que se establezcan al triunfo de la Revolución.
Los artículos 7, 9 y 10 son complementarios del anterior, también de contenido agrario, por ser el motivo por el cual se reanudaba la Revolución. Después de asesinato de Madero, repudiado dicho acto por los zapatistas, se expide el Acta de Ratificación del Plan de Ayala, el 19 de julio de 1914, en el cual se establece entre otros puntos:
La Revolución hace constar que no considerará concluida su obra, sino hasta que, derrocada la administración actual, se convoque a elecciones extraordinarias, y eliminados de toda participación en el poder los servidores del huertismo y las demás personalidades del antiguo régimen, se establezca un gobierno compuestos de hombres adictos al Plan de Ayala, adicionado al de San Luis.
9. La Revolución Constitucionalista de Venustiano Carranza
a.- El Plan de Guadalupe de 26 de Marzo de 1913. Después del asesinato artero del Presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez a manos de Victoriano Huerta, se extiende entre la sociedad una reacción adversa contra él por haberse adueñado de la Presidencia de manera inmoral. Venustiano Carranza se levanta de inmediato contra Huerta y el 26 de marzo de 1913, expide el llamado Plan de Guadalupe como respuesta reprobatoria al asesinato del Presidente Madero y el Vicepresidente Pino Suárez, desconociendo al gobierno de Huerta y los Poderes Federales. En adiciones al Plan de Guadalupe, expedidas en Veracruz en 1915, se establece que lo establecido por el Plan de Guadalupe subsistiría hasta en tanto no se diera el triunfo completo de la Revolución y por consiguiente Venustiano Carranza continuaría en el cargo de Primer Jefe de la Revolución Constitucionalista y como encargado del poder Ejecutivo de la Nación, hasta que quedará restablecida la paz. Es menester mencionar que la motivación de Carranza para la emisión del Plan de Guadalupe no fue otra que la de restaurar el orden jurídico y realizar los cambios necesarios al mismo para garantizar un verdadero Estado de Derecho, pues dicho orden constitucional había sido violado flagrantemente con los asesinatos del Presidente Madero y Pino Suárez, además el pacto celebrado para llevar a cabo dicho despojo ilegal del poder con un país extranjero, constituía también una violación a la soberanía del Estado Mexicano30; éstas razones motivaron a Carranza a iniciar su movimiento constitucionalista, el cual pretendía restaurar la vigencia de la Constitución de 1857. Es importante destacar que la idea de reforma social no era desconocida para Carranza, pues en las adiciones al Plan de Guadalupe se mandó revisar toda legislación y reformar lo necesario para lograr con ello la plena igualdad de los mexicanos.31 Con esta base se circunscriben importantes leyes como la del Municipio Libre y la del Divorcio, ambas de 1914, la Ley Agraria y Obrera de enero de 1915, y las Reformas al Código Civil del 29 de enero de 1915, así como la Ley de Abolición de las Tiendas de Raya de 191532, reformas que culminaría con la convocatoria a un Congreso Constituyente para restaurar mediante un cambio el orden jurídico violado, mediante la realización de una serie de importantes reformas y adiciones a la legítima Constitución en vigor, a fin de adecuarla a su momento histórico.
Queda claro que Carranza pone un especial empeño reformador, incluso en la cuestión social, no nada más en las cuestiones de carácter político-estructural. Estas reformas de tipo social, tuvieron verificativo en la etapa preconstitucional, en la cual aún estaba en suspenso la vigencia de la Constitución de 1857. No es sino hasta el año de 1916, cuando se alcanza la mayor estabilidad en el movimiento iniciado por Carranza, y es en ese momento cuando se restablece el orden constitucional y para ello, se considera necesario convocar a un Congreso Constituyente, para reformar la Constitución de 1857, o expedir una nueva Constitución. Se habían generado las condiciones para establecer una normatividad constitucional que reflejara las aspiraciones revolucionarias y los anhelos de la nación en lo político y en lo social.33
b.- El Congreso Constituyente de 1916-1917. Considerado por Carranza el momento ideal, se convoca a elecciones para la integración del Congreso Constituyente, el cual se integró por representantes de cada una de las entidades federativas en proporción al número de habitantes; además, se estableció que los requisitos para ser diputado serían congruentes con los señalados por la Constitución de 1857. En la integración de dicho Congreso se prohibió la participación de todos aquellos que habían sido hostiles a la causa constitucionalista. Se constriñeron los asuntos solo del Congreso a definir el proyecto de la Constitución, el cual era el único asunto que se podía tratar en los debates. Además se consideró que un término no mayor de dos meses, se daría por concluido dicho Congreso Constituyente y se disolvería la Asamblea. El Congreso inicia oficialmente las juntas preparatorias en la ciudad de Querétaro, el 20 de noviembre de 1916. El Congreso se inaugura el 1 de Diciembre de 1916; entre los integrantes se observan aquellos que pertenecían al Partido Liberal Mexicano, cuyo líder era el propio Carranza, quien en su carácter de Presidente de México, dio el discurso inaugural y entregó el proyecto de reforma de la Constitución. En este discurso Carranza reconoce y enaltece el contenido de la Constitución de 1857, pero también reconoce que no se ha cumplido y señala además algunas de las más importante reformas que se proponían, todas ellas referidas a la estructura del país.34
Entre las ideas o aspectos que proponían reformarse en la Constitución, destacan los siguientes: a) Predominio del Poder Ejecutivo respecto de los otros poderes; b) La creación del artículo 130; y c) la idea del municipio libre como base de la estructura política, elevándose dicho principio a la categoría de norma constitucional.35
En virtud de los debates relativos a la separación del Estado de la Iglesia, se superó el principio relativo a la separación, justa y de la concepción liberal de que deben estar separadas las cuestiones del Estado de las cuestiones de la Iglesia, se llega a la concepción de que el Estado está por encima de la Iglesia.36
Otro tema que motivó importantes debates, fue el relativo al municipio; se estableció al municipio libre como base de la división territorial y de la organización política de México y su administración por medio de ayuntamientos de elección popular directa. Otro tema importante fue el de la educación, ya que en este tema, los constituyentes querían ir más allá de un concepto liberal, querían eliminar cualquier tipo de intromisión clerical en la enseñanza, fundamentalmente en la enseñanza básica, no sólo en los establecimientos oficiales, sino también en los de enseñanza privada. El texto propuesto llevaba el laicismo a su máxima expresión en materia de enseñanza.37
Otro punto importante de discusión lo constituyó la materia del trabajo, ya que en dicho ámbito es donde se observaban las injusticias más grandes que habían sido objeto de la lucha revolucionaria. Cuando se presenta el dictamen a Comisión, se observan dos innovaciones al respecto del contenido de 1857: a) dejar sin efectos jurídicos la renuncia que se hiciere de ejercer determinada actividad en el futuro; b) el límite máximo del contrato de trabajo a un años, sin que se pudiera extender en ningún caso. La comisión aceptó estas propuestas pero fue más allá, incluyendo lo siguiente: a) la inclusión del principio de que la jornada de trabajo debería ser de 8 horas; b) el descanso semanal; y c) la prohibición del trabajo nocturno para mujeres y niños. La discusión entre los diputados sobre el tema del trabajo fue ardua hasta llegar a la aprobación del artículo 123, con el cual se pretendía asegurar un nivel mínimo de vida para los trabajadores.38
En cuanto a la cuestión agraria, para poder explicar el contenido del artículo 27 constitucional es muy importante tener presente los graves problemas de injusticia que generó la institución de la propiedad en México. Con el artículo 27, se le da un giro a todo el régimen de propiedad de nuestra nación y se redondea la concepción con la cual México se presenta ante el mundo en siglo XX como un Estado Social de Derecho.39
Se debe tener presente que los temas relativos a la Supremacía del Estado respecto de la Iglesia, el problema del trabajo, el problema de la educación y lo relativo al aspecto agrario, son los cuatro grandes aspectos que más impactaron en los debates, mayores transformaciones otorgaron y que caracterizaron a nuestro constituyente como un grupo transformador de la sociedad y del Estado mexicano; crearon con ello la primera Constitución político-social del mundo.40
En la mañana del 31 de enero de 1917 se firmó la Constitución. Por la tarde rindieron protesta de guardarla, primero los diputados y después el Primer Jefe. La Constitución fue promulgada el 5 de febrero de 1917 y entró en vigor el 1º de mayo del mismo año.41
III ] Contexto ideológico de la Constitución de 1917
A finales del siglo XIX, se decía por los expertos en Derecho Constitucional, que el contenido de una Constitución se limitaba únicamente a la parte orgánica y dogmática, Sin embargo el liberalismo individualista que privaba en el mundo occidental a finales del siglo, era un capitalismo que traía consigo grandes desigualdades sociales. Había un profundo estado de injusticia producto de la miseria y la marginación en que subsistía gran parte de la población.42
En el caso mexicano, ya hemos hecho un recorrido por su historia con el cual ha quedado perfectamente claro la situación y la problemática social que se vivía en el país en el momento en que se dio vida a la Constitución de 1917.
Evidentemente, convergen en nuestro constitucionalismo diversas corrientes, en virtud de que no fue sólo una corriente en particular la que motivó la Revolución Mexicana y sus consecuencias jurídico-políticas. Estaban los demócratas, que querían que los ciudadanos a través de elecciones libres eligieran a sus gobernantes; además existía una corriente liberal, otra federalista, la partidaria de la separación de la Iglesia y el Estado y, había también partidarios de la libertad de conciencia y de pensamiento. También había quienes participaban del socialismo agrario y aspiraban a que la tierra estuviera en manos de quienes la pudieran trabajar, para lo que proponían desterrar el latifundismo, sustituyéndolo por ejidos y propiedades comunales. Por otra parte, estaban los líderes de los sindicatos incipientes en la industria del papel, azucarera, textil, que refrendaban la lucha de clases y el anarquismo social. Es muy claro entonces que tanto en el movimiento revolucionario como en la Constitución de 1917 confluyen diversas ideologías, pero todas se caracterizaron por un hondo sentimiento nacionalista. La Constitución de 1917 fue pues una amalgama que si bien conservaba elementos clásicos, también va a contar con elementos ideológicos que son el resultado de la suma de las aspiraciones de los mexicanos de aquélla época.43
El derecho social constitucional o constitucionalismo social mexicano se inició a partir de los debates del Congreso Constitucionalista de 1916-1917 en Querétaro. Dicho concepto empieza a considerarse en los debates. La fuerza con la que contaba el movimiento social mexicano influyó en el propio constituyente para que se incluyeran aspectos más allá de las teorías clásicas de una Constitución, aspectos que aludieron no solamente a la estructura del Estado y a los derechos individuales.44
La nota característica de nuestra Carta Magna de 1917, es haber agregado, por primera vez un contenido social, al incluir principios como la libertad del trabajo; el establecimiento de una jornada máxima de 8 horas; la prohibición del trabajo industrial para mujeres y niños; la creación de un capítulo especial en materia agraria, que establecía que la propiedad originaria corresponde a la nación, tanto en tierras como en aguas y que el Estado puede imponer modalidades que dicte el interés público.45
La Constitución mexicana de 1917 fue la primera en el mundo que consignó derechos sociales agrarios, económicos y de trabajo, propiciando la transformación estructural progresista del Estado contemporáneo al encomendarle funciones sociales independientemente de sus funciones públicas.46
Más tarde habría constituciones que agregarían a sus contenidos los derechos sociales, tal y como había hecho la Constitución Mexicana. La primera en hacerlo fue la Constitución de Weimar de 1919.
Las garantías sociales consignan los derechos del hombre social; es decir, los derechos del hombre vinculado colectivamente y de los grupos débiles. Frente al régimen de garantías individuales se ha levantado el régimen de garantías sociales, con objetivos distintos. Las garantías individuales protegen al individuo contra el Estado; las garantías sociales tutelan a los económicamente débiles frene a los poderosos, frente al hombre insaciable de riqueza y de poder, y tienen por objeto librar al hombre de las garras de la explotación y de la miseria.47
Para concluir, es importante aclarar que la concepción de Constitución político-social no es contraria a las garantías individuales, ya que las garantías sociales no menoscaban las garantías individuales, sino al contrario, las complementan; ambas se armonizan para hacer realidad la igualdad y la libertad del ser humano.48
Al incorporar los artículos 3, 5, 27, 28 y 123 nuestro marco constitucional se traduce en un Estado Social de Derecho, ya que se crea un derecho social positivo.49
IV ] Conclusiones
1. Los cambios y evolución del Derecho constitucional van de la mano y recorren el mismo camino que la historia de un país; en el caso de México eso ha quedado perfectamente demostrado con la relación de los acontecimientos históricos que influyeron en la creación y promulgación de nuestra Constitución de 1917.
2. La ideología política mexicana, ha ido perfeccionándose a lo largo de la historia nacional; es un largo camino el recorrido desde la ideología de Morelos y la generación constitucionalista de 1824, pasando por la lucha entre liberales y conservadores reflejada en el texto constitucional de 1857, hasta llegar la ideología liberal-socialista que define a la Constitución de 1917 y que redunda en el bien llamado constitucionalismo social.
3. El liberalismo social que nuestra nación mexicana imprimió en su texto constitucional de 1917, concilia por primera vez en una Ley Fundamental, los derechos individuales y los derechos sociales de una forma armónica que permite que coexistan y den vida a un nuevo modelo constitucional en el mundo.
4. Es esta nueva forma de constitucionalismo, que se caracteriza por el liberalismo de la época moderna, pero matizado enormemente con tintes sociales, la gran aportación de México para el mundo en materia Constitucional.
Bibliografía
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1 Catedrática de la Universidad Panamericana en materia constitucional.
2 SAYEG HELÚ, Jorge, El constitucionalismo social mexicano, La integración constitucional de México (1808-1988), Fondo de Cultura Económica, México, 1991, p. 81.
3 Idem.
4 DE LA HIDALGA, Luis, Historia del Derecho Constitucional Mexicano, Porrúa, México, 2002, pp. 326-327.
5 Idem.
6 Ibidem, p. 327.
7 Ibidem, p. 329.
8 Ibidem, p. 330.
9 QUIROZ ACOSTA, Enrique, Teoría de la Constitución, Porrúa, México, 2012, p. 344.
10 DE LA HIDALGA, op. cit. p.331.
11 Ibidem, p.332.
12 Idem.
13 SAYEG HELÚ, op. cit. pp. 462-463.
14 DE LA HIDALGA, op.cit., p. 336.
15 Ibidem, pp. 336-339.
16 PACHECO, Israel, Huelgas de Cananea y Río Blanco, Quinta Columna, La Opinión, México, Enero 12 de 2011. http://www.quintacolumna.com.mx/columnas/opinionpacheco/2011/enero/colum-opinionisrael
17 Idem.
18 CUADERNOS DEL INSTITUTO DE HISTORIA, Entrevista Díaz-Creelman, Universidad Nacional Autónoma de México, 1963.
19 Idem.
20 Idem.
21 DE LA HIDALGA, op. cit. pp. 340-341.
23 SAYEG HELÚ, op. cit., pp. 479-480.
24 Ibidem, pp. 489-491.
25 Ibidem, p. 485.
26 Ibidem, pp. 488-489.
27 Vid. Revolución Mexicana. Crónica Ilustrada. Varios autores. Publex, México, 1967. T.II. p. 54.
28 SAYEG HELÚ, op.cit. pp. 502.
29 DE LA HIDALGA, op. cit. p. 348.
30 Ibidem, pp. 350-352.
31 QUIROZ ACOSTA, op. cit. p. 348.
32 SOBERANES FERNÁNDEZ, José Luis, Historia del Derecho Mexicano, Porrúa, México, 1996, p. 100.
33 QUIROZ ACOSTA, op. cit. pp. 348-349.
34 Ibidem, pp- 349-350.
35 CARPIZO, Jorge, La Constitución Mexicana de 1917, Coordinación de Humanidades-UNAM, p. 65.
36 QUIROZ ACOSTA, op. cit. p. 351.
37 Ibidem, pp.354-355.
38 Ibidem, pp. 355-361.
39 Ibidem, p. 367.
40 Idem.
41 TENA RAMÍREZ, Felipe, Derecho Constitucional Mexicano, Porrúa, México, 1995, p. 817.
42 QUIROZ ACOSTA, op. cit. p.84.
43 Ibidem, pp. 84-87.
44 Idem.
45 Ibidem, p. 88.
46 TRUEBA URBINA, Alberto, Derecho Social Mexicano, Porrúa, México, 1978, p. 252.
47 Ibidem, p.226.
48 CARPIZO, Jorge, Estudios Constitucionales, Porrúa- IIJ-UNAM, México, 1998, p. 440.
49 Idem.